La familia: El comienzo de la instrucción bíblica

La instrucción bíblica comienza en la familia porque es el primer entorno donde los hijos aprenden acerca de Dios, los valores espirituales y la obediencia a la Palabra. Según Efesios 6:4, los padres tienen la responsabilidad de criar a sus hijos “en la disciplina e instrucción del Señor” . Esto significa que la familia no solo satisface necesidades físicas o emocionales, sino que también cumple una misión espiritual de enseñanza divina.


Estoy consciente de que la familia debe ser instruida en el temor del Señor, ya que este principio constituye la base de una vida bíblicamente sólida. Que en su desarrollo ella muestre ser obediente a las instrucciones y bendecida por Dios. El temor del Señor no significa miedo, sino reverencia, respeto y obediencia a Su voluntad, lo cual edifica hogares fuertes, llenos de amor, sabiduría y que exhiban el propósito principal de su existencia, que es de glorificar a Dios y gozar corporalmente de Él para siempre. (Catecismo Mayor y Menor de Westminster, pregunta y respuesta # 1).

  • Fundamento bíblico

No hay duda de que la Biblia establece este mandato claramente: «Y ustedes, padres, no provoquen a ira a sus hijos, sino críenlos en la disciplina e instrucción del Señor» (Efesios 6:4). Por igual, Deuteronomio 6 instruye a los padres a enseñar los mandamientos de Dios a sus hijos en todo momento, mostrando con su ejemplo el camino correcto. La Biblia ofrece la base principal: «Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él» (Proverbios 22:6) y «El temor de Jehová es aborrecer el mal» (Proverbios 8:13). Los padres y maestros deben leer pasajes que muestran que temer a Dios significa honrarlo, obedecer sus mandamientos y apartarse del pecado.

Este llamado busca que una generación tras otra camine en los caminos del Señor, perpetuando así la fe en la familia. Los padres deben preocuparse de que su legado manifieste el temor del Señor en sus hijos y en sus generaciones por seguir.

  • Cómo instruir a la familia en el temor del Señor

  1. A través del ejemplo: Los hijos aprenden a temer y honrar a Dios observando a sus padres orar, leer la Palabra y vivir conforme a los valores bíblicos.

  2. Por medio de la enseñanza constante: La instrucción del Señor comienza en el hogar, en conversaciones diarias, tiempos de adoración familiar y estudios bíblicos que fortalezcan la relación con Dios.

  3. Con amor y disciplina: Educar en el temor de Dios implica combinar el amor incondicional con una disciplina sabia, demostrando que la corrección también es una manifestación del amor divino.

  4. Relacionar el temor de Dios con amor y confianza: El temor piadoso no genera angustia, sino seguridad: los niños aprenden que Dios los protege y bendice cuando hacen lo correcto.

  5. Enseñarles que el amor perfecto echa fuera el miedo (1 Juan 4:18) los ayuda a comprender que el temor de Dios y el amor divino coexisten en armonía.

  6. Modelar lo que se enseña: Los padres deben demostrar temor y respeto a Dios en su hablar, decisiones y relaciones. Un hogar donde se vive con integridad, oración y gratitud forma corazones sensibles al Espíritu de Dios .

  • Bendiciones del temor del Señor en la familia

Según Salmos 128:1-4, las familias que temen a Dios disfrutan de felicidad, prosperidad y armonía. El temor reverente trae estabilidad espiritual y material, protegiendo el hogar de conflictos y alejándolo del pecado.

  • Finalmente

Enseñar el temor de Dios a los niños implica una educación práctica, afectuosa y constante, donde la Biblia, el ejemplo y el amor a Dios se entrelazan para formar hijos sabios y piadosos. Una familia instruida en el temor del Señor camina en obediencia, sabiduría y en el temor a Dios. Cada miembro aprende a depender de Dios y a vivir conforme a Su Palabra, convirtiéndose no solamente en testimonio, sino una carta o epístola abierta para las futuras generaciones.

Ismael Hilerio, Jr.

Constancia. Disciplina. Crecimiento.

Seguidor de Jesucristo, esposo de Lilly, padre de una hija enfermera y abuelo de dos | Estudiante de Teología | Ministro de la palabra

Next
Next

Nuestros caramelitos