El evangelio que Pablo predicaba

El evangelio que predicaba el apóstol Pablo en su ministerio persona estuvo centrado únicamente en el poder de Dios cuando expresaba lo siguiente en Romanos 1:16-17:

«Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree, del judío primeramente y también del griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para la fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá». (Habacuc 2:4; Romanos 1:17; Gálatas 3:11 y Hebreos 10:38-39)

Esa fue la definición del apóstol Pablo en cuanto al evangelio de la gracia de Dios en Cristo. Absolutamente; poderoso para cumplir lo que Dios se había propuesto hacer. De igual importancia, describió su síntesis de lo que es el evangelio en (1 Corintios 15:1-11). En su sumario había expresado que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, que fue sepultado y que había resucitado al tercer día según las Escrituras. Ese era el evangelio que había recibido y ese era el evangelio que él había entregado en su ministerio terrenal a los oyentes a través de sus predicaciones, debates y enseñanzas. En correspondencia a esto, había expresado como evidencia la resurrección al decir que Cristo se había aparecido a Cefas y después a los doce y a más de 500 hermanos a la vez y sucesivamente.

No hubo duda de que el apóstol Pablo estaba totalmente convencido de su propia convicción yendo a Damasco cuando fue confrontado por el Señor (Hechos 26:12-32), y luego de su compromiso de predicar no solamente el evangelio, sino todo el consejo de Dios, el cual fue manifestado en sus escritos. Pablo vivía para exhibir la gloria de Dios en su vida y ministerio del segundo Adán (Romanos 5:12-21 y 1 Corintios 15:45), donde por Él sobreabundó la gracia.

La predicación de Pablo implicaba la propiciación (extinción de la ira de Dios) y expiación (apartar el pecado de la vista de Dios) que Jesús llevó a cabo en la cruz; nos habla de Su muerte vicaria y sustitutoria, esto es, en nuestro lugar, recibiendo el justo castigo que nosotros merecíamos.

También este evangelio que predicaba Pablo relata que Jesús fue humillado al haber nacido, y esto, en una condición de bajeza, sujeto a la ley, sufriendo las miserias de esta vida, la ira de Dios y la muerte maldita de la cruz; habiendo sido sepultado y permaneciendo bajo el poder de la muerte por algún tiempo. Pero el evangelio no queda ahí. También se refiere a la exaltación de Cristo en haber resucitado de entre los muertos al tercer día, en ascender al cielo, en estar sentado a la diestra de Dios Padre, y en venir en el día final para juzgar al mundo.

—Catecismo Menor de Westminster, preguntas y respuestas # 27 y 28

Para finalizar, todo esto fue decretado según el premeditado consejo soberano de Dios y no por casualidad o según una contingencia histórica.

Porque en verdad, en esta ciudad se unieron tanto Herodes como Poncio Pilato, junto con los gentiles y los pueblos de Israel, contra Tu santo Siervo Jesús, a quien Tú ungiste, para hacer cuanto Tu mano y Tu propósito habían predestinado que sucediera (Hechos 4:26-28).

La predicación del apóstol Pablo ha sido un ejemplar y fue portavoz autorizada para comunicar y hablar en el nombre del Señor; y se representa como un mensaje central y personal, centrado en Jesucristo mismo. Para el apóstol Pablo, el evangelio no es simplemente una noticia que él anunciaba de Jesús, sino que Cristo es el contenido y el mensaje en sí.

Al igual, seamos esa misma bocina.

Ismael Hilario, Jr.

Constancia. Disciplina. Crecimiento.

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Dios ha decretado