RELACIONES IMPORTANTES Y UN FIN DETERMINADO

Nuestra relación con Dios define quiénes somos en Cristo y nos induce en nuestra capacidad a la proclamación de Su Evangelio cuando la oportunidad se presente. Influir a cultivar relaciones con propósitos bíblicos y saludables. Al contrario, cuando se disminuye nuestra relación con Dios, nuestro llamado como cristiano viene a ser negligente. —Ismael Hilerio, Jr.

La relación con el Señor ayuda a cambiar nuestra perspectiva de la vida y de nuestras relaciones con los demás. Nos proporciona un propósito preciso para crecer personalmente al carácter de Cristo y así enunciar a otros acerca del amor de Dios, de su fidelidad, de sus promesas y, sobre todo, acerca de la ira venidera que ha de venir como una expresión de amor para quienes puedan ser salvos si es la voluntad del Señor. Al contrario, de no haber cambios y simplemente tener un mero conocimiento superficial sin ejercer ese propósito preciso o fin determinado, habrá conflictos que enfrentar y nuestras relaciones con los demás disminuirán como una indicación de que algo anda mal (negligente) en nuestra relación con el Señor. En mi opinión, nos convertiríamos en personas perezosas, egocéntricas…; silenciosas sabiendo que el amor de Dios en Cristo Jesús nos debe inducir a declarar Su benevolencia a los demás. Lo que deseo expresar es que cuando se disminuye nuestra relación con Dios, nuestro llamado como cristiano viene a ser negligente.

Todos estamos llamados a servir y conversar cuando la oportunidad se presente acerca de la vida de Jesucristo, su obediencia tanto pasiva como activa y qué significa eso para nosotros. Debemos conversar fielmente sobre Jesucristo, Dios manifestado en carne, su nacimiento virginal, su vida sin pecado, sus milagros divinos, su muerte vicaria y por qué fue sustitutiva, su resurrección corporal, su ascensión, su obra mediadora y su regreso personal con poder y gloria.

¿Qué significa todo esto para nosotros?

Definitivamente, hay razones por las cuales debemos estar agradecidos, hay razones para que el reino de Cristo sea continuamente proclamado en la sociedad en que vivimos y afirmándose en nuestros corazones para que Su gloria sea manifestada.

La gracia del Señor aún está disponible.

Ismael Hilerio, Jr.

Constancia. Disciplina. Crecimiento.

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