La misión de Dios y su importancia
Es necesario recalcar que Dios tiene una misión activa con la cual procura que los seres humanos vengan al arrepentimiento por medio de la obra realizada por Cristo (Lucas 19:10; 2 Pedro 3:9). Quienes le sirven participan de esta misión entendiendo que Dios es quien la inicia y la sostiene.
La importancia de la misión de Dios, desde una perspectiva teológica, radica en Su propósito de redención, restauración y reconciliación de la humanidad con Él. Según nuestras creencias cristianas, la misión de Dios (a menudo referida como missio Dei) se centra en el amor y en la paciencia de Dios y el deseo de restablecer la relación rota entre Dios y la humanidad, que fue afectada por el pecado (Génesis 3).
Definición
La misión de Dios, o "missio Dei", se entiende como un movimiento divino hacia el mundo, donde Dios, en su naturaleza trinitaria, envía a la Iglesia a participar en su obra de reconciliación. La misión nace en el corazón de Dios y se manifiesta a través de la proclamación del evangelio y la transformación del mundo, buscando reunir a las personas en comunidad a través de la fe en Jesucristo.
—Recursos misioneros para la Iglesia local, p 79
«La Misión de Dios me mostró que Génesis 1-3 sienta las bases para el evangelio: la cruz es el eje central y la semilla se siembra en Génesis. Génesis 1-3 es el contexto de nuestro mensaje de reconciliación, el significado de nuestra falta de sentido y la esperanza de nuestra redención. Nos dice cómo llegó a existir el cosmos, cómo está estructurado y qué desea Dios para él. Génesis 3:15–Apocalipsis 22:21 nos dice cómo Dios está obrando para restaurar y expandir su plan que el pecado arruinó».
—Pág. 18
A continuación, quiero destacar algunos puntos que considero clave que explican su importancia, pero no limitados:
Redención de la humanidad: Dios busca salvar a las personas del pecado y de sus consecuencias, y lo hace por la sangre y los méritos de Jesucristo, el Hijo del Dios viviente, que ofrece inmerecidamente el perdón y la vida eterna, imputándole Su justicia a cambio de sus pecados. Este acto culmina en la muerte y resurrección de Jesús, como el medio para reconciliar a la humanidad con Dios (Juan 3:16; 1 Juan 4.8 —Dios nos amó primero).
Restauración del propósito: Dios creó al ser humano con un propósito divino de vivir en comunión con Él y ser administradores de la creación. La misión de Dios en la tierra busca restaurar este propósito, invitando a las personas a vivir de acuerdo con sus valores, como el amor, la justicia y la santidad.
Transformación del mundo: La misión de Dios no solo se centra en la salvación individual, sino también en la renovación de su Mandato cultural. Esto incluye promover la justicia bíblica, la paz y el cuidado de la creación, reflejando el Reino de Dios en la Tierra (Mateo 6:10).
Dios invita a las personas a participar en Su misión: A través de la Gran Comisión (Mateo 28:19-20), los creyentes son llamados a difundir el mensaje del Evangelio, compartir el amor de Dios, ofrecer misericordia y hacer discípulos, lo que da un sentido de propósito y responsabilidad a la vida cristiana a la Gran Comisión dada por Jesucristo.
Esperanza y trascendencia: La misión de Dios ofrece esperanza al prometer un futuro en el que el mal, el sufrimiento y la muerte han sido vencidos. Esto afirma a los creyentes a vivir con fe y a trabajar por un mundo mejor en la proclamación del evangelio, sabiendo que Dios ha orquestado los resultados en tiempo pasado y que aún está orquestado el propósito en cumplir en tiempo presente lo que ha sido predestinado en Su plan de redención.
En resumen, la misión de Dios en la tierra es importante porque refleja el amor infinito de Dios, el deseo de reconciliar a la humanidad consigo mismo y Su plan para restaurar toda la creación. Es un llamado a los cristianos a participar en un propósito mayor que ellos y que trasciende lo individual y busca el bienestar colectivo y eterno con el fin de que el Reino de Dios y su gloria sean manifestadas.
¡Este debería ser nuestro deseo!
🖊️