Cuando contemplo la gracia inmerecida de Dios en mi vida

Por naturaleza el hombre siempre cree tener el papel principal de la película. Siempre busca de salvar el mundo, los problemas, los acontecimientos que acosan a nuestra sociedad y familiar. Su antojo es siempre ser el fenómeno del momento. Así es la naturaleza corrupta del hombre, afanándose en quitarle egoístamente la gloria de Dios.

Cuando vemos películas, por ejemplo, Armageddon, siendo Bruce Willis el protagonista principal que salvó el mundo para que no fuera destruido por poseer ciertas cualidades de experiencia de trabajo. Otro ejemplo con similares narrativas son las películas de los Superhéroes, que se unen para combatir al enemigo o los enemigos que buscan destruir la humanidad. Al mismo tiempo, las películas de Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger y la película The Core con los protagonistas Aaron Eckhart, Hilary Swank, Stanley Tucci y sucesivamente. Es cierto que son películas de entretenimiento; sin embargo, el concepto se ha querido implementar personal y en lo espiritual.

El hombre vive su vida en pedazos, inclinado al pecado y no puede salvarse por sus recursos, obediencia, sacrificios ni por los sacramentos. Su inclinación debe estar en la cruz, bajo los pies de Cristo, como su Señor y Salvador. Los argumentos no justifican otras alternativas.

La realidad es que el hombre, en su manera de pensar, está desilusionado, no viendo que los recursos fuera de Cristo no le asisten para nada, solamente tenerlo bajo el yugo de su propia insuficiencia y esclavitud. Mientras, que el hombre no vea y acepte su condición decaída, siempre estará bajo la ira de Dios y desilusionado de ser el superhéroe, creyéndose tener los medios necesarios para impresionar a Dios y a las muchachas y vivir autónomo, sin referencia a Dios y poniendo a Dios en espera para cuando lo necesite.

«La realidad es que detestamos a Dios y su ley».

«El hombre no nace con gracia, sino que la gracia de Dios se le concedió inmerecidamente y lo vivificó».

La sangre de Cristo dio vida y nos revistió con Su justicia. Entrarte a Cristo desnudo, descalificado y sale vivificado y revestido con Su justicia.

¿Por qué quiso Dios proveernos su gracia inmerecida?

Algunos factores que vienen a mi mente: primero, al contemplar Su gracia en mi vida, tengo afirmar que no solamente la ha provisto, porque nos ha escogido incondicionalmente. Aunque esta acción de parte de Dios es sumamente bíblica, tampoco fue porque Dios quiso demostrar en Juan 3:16 la extensión de Su amor, como muchos lo han interpretado, sino que Dios demostró Su intensidad en demostrarlo, cuyo pensamiento es fundamentalmente bíblico. Con todo lo anterior, quiero también añadir que Dios la proveyó, porque estábamos muertos «espiritualmente» en nuestros delitos y pecados, totalmente inclinados, contaminados en todas partes y facultades del alma y cuerpo, lo que nos hace ser personas insuficientes para salvarnos por sí mismos. Dios ha demostrado Su gran misericordia por la raza humana para demostrar Su gloria en Cristo Jesús..


 
  1. Confesión de Westminster, capítulo 6, De la caída del pecado y su castigo, sección VI:2; VI:6

  2. La gracia inmerecida de Dios se describe en la Escritura como un favor inmerecido que fluye de la naturaleza misma de Dios. Es un concepto central en el cristianismo, definido como la bondad y bendición de Dios para aquellos que merecen lo contrario debido a su naturaleza pecaminosa. Algunas referencias (Ezequiel 37; Jeremías 13:23; Efesios 2: Romanos 5).

Ismael Hilerio, Jr.

Constancia. Disciplina. Crecimiento.

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